El levantamiento de suelos de hormigón puede producirse por distintos motivos, ya sea por efectos ambientales o defectos constructivos, porque influyen en las propiedades físicas del hormigón.
El principal causante del levantamiento de un suelo de hormigón es el efecto del calor.
Al ser un material elástico, el hormigón tiende a expandirse por “culpa” del calor. Sin embargo, esa expansión es de milímetros, no centímetros.
Normalmente la expansión no provoca daños. No obstante, en aquellos casos dónde la fuerza expansiva supera la resistencia del hormigón, se originará una grieta en el suelo.
Por supuesto, hay otros motivos por los que se puede levantar el hormigón:
- Excesiva humedad: Provocada por drenajes deficientes o filtraciones de tuberías.
- Mal diseño de las juntas de dilatación: Una cantidad escasa de ellas o una errónea separación entre ellas, provoca que el suelo se eleve y las baldosas se rompan.
- Incorrecta instalación de baldosas de hormigón: Facilita la formación de burbujas de aire.
¿Qué 3 soluciones hay para el levantamiento de pavimentos?
Los desperfectos físicos son evidentes al mirar al suelo y la estética deja mucho que desear. Por ello, las instituciones públicas se dan prisa por solucionarlo.
Asimismo, pueden provocar accidentes, por lo que su pronta reparación es urgente y fundamental.
Esta reparación puede ser en forma de:
- Arreglo de las filtraciones en las tuberías de agua.
- Reemplazar las baldosas sueltas que no estén rotas.
- Picar, levantar y cambiar todo el suelo.
Sin tener en cuenta las posibles causas, llevar a cabo un mantenimiento periódico de pavimentos de hormigón será fundamental para evitar que se levante.