La dureza es vista como una «propiedad» de los objetos que es difícil de alterar físicamente al ser sometidos a diferentes formas de deformación.
Es de conocimiento popular que el diamante es el material más duro, pero ¿a qué se debe esto?
Para medir la dureza de algo se necesita una escala e instrumentos que lo permitan. La primera escala fue ideada por el geólogo alemán Friedrich Mohs.
Mohs se dedicó a catalogar y elaborar una escala para evaluar la dureza de diversos minerales. De esta forma, pudo determinar que el diamante es el material más duro.
Un hormigón endurecido como el hormigon pulido es una material relativamente duro, ya que su dureza varía entre 6 y 7 Mohs. A pesar de que esta medición no indica nada relevante del hormigón, guarda una relación notable con su resistencia.
Qué es la dureza
La dureza no es una verdadera propiedad de los materiales, ya que depende de ciertas propiedades de un material, como son la ductilidad, resistencia, rigidez, elasticidad, viscosidad, deformación, tenacidad, entre otras. Más bien es un rasgo que se le atribuye a todo objeto capaz de oponerse a cambiar cuando sufre abrasión o rayado.
Objetos como la madera, que pueden ser rayados con facilidad, tienen una menor dureza en comparación con el acero o con el granito, puesto que resulta difícil rayarlos.
Cómo medir la dureza de un mineral
Existen numerosos ensayos para medir la dureza de cualquier material, entre los que destacan la prueba de Knoop, de Rosiwal, de Shore y la de Roswell (en sus dos variantes). Además cada uno de los ensayos cuenta con su propia escala.
No obstante, para medir la dureza del hormigón endurecido no se emplea ninguna de las variantes nombradas, ya que son técnicas especializadas de mineralogía industrial. Para analizar al hormigón in situ se requieren métodos no destructivos y de aplicación sencilla, como:
Prueba de rebote
Este ensayo no destructivo consiste en evaluar la resistencia al impacto que tiene un elemento estructural de hormigón. Para ejecutarlo se utiliza un instrumento llamado martillo de Schmidt, también conocido por el nombre de esclerómetro.
El esclerómetro contiene una pesa, la cual es tensada por un potente resorte para impactar en la superficie de hormigón, produciendo un rebote que es medido por el instrumento. La unidad de la medición es el psi (libra por pulgada cuadrada).
Actualmente se utilizan esclerómetros digitales, los cuales son capaces de almacenar y analizar gran cantidad de datos, creando tablas con valores máximos y mínimos.
Hay que mencionar que este método no es del todo fiable, ya que las mediciones pueden variar por:
- El ángulo de inclinación del esclerómetro con respecto a la superficie del hormigón. Debe haber perpendicularidad para obtener valores exactos.
- Presencia de polvo y recubrimientos sobre el hormigón, ya que éstos amortiguan el rebote.
- El árido y el acero de refuerzo del hormigón, puesto que pueden incrementar el valor de la dureza real.
Prueba de rayado
También conocido como medida de la escala de dureza, es un método muy sencillo y económico, razón por la que es muy habitual.
Básicamente, consiste en rayar la superficie del hormigón con una serie 4 de lápices, cada uno de ellos con una punta estandarizada y calibrada según la escala de Mohs. Los lápices están enumerados del 2 al 9.
Es preciso aclarar que la escala de Mohs inicia en 1 y asciende hasta el 10, donde el talco representa el valor mínimo, y el diamante representa el valor máximo.
Para iniciar la prueba se debe seleccionar el lápiz de menor calibre, ya sea el #2 o el #3. Se traza una línea de unos 5 centímetros, presionando la punta del lápiz contra el hormigón. Es necesario que se tracen la líneas hacia el la ubicación de la personal que realiza el ensayo.
Para finalizar, el lápiz que haya provocado un rayado significativo determinará la dureza del hormigón según la escala de Mohs.
Por qué es importante
La medición de la dureza del hormigón es importante porque permite conocer su resistencia sin recurrir a ensayos destructivos. Pese a que el ensayo de compresión es el método convencional y de mayor precisión, este resulta ser destructivo y costoso.
Gracias a la prueba de rebote es posible obtener valores aproximados de la resistencia a comprensión del hormigón endurecido. El esclerómetro produce lecturas en psi, que es una unidad de esfuerzo (presión), cuya naturaleza es similar a la compresión.
Como ya hemos mencionado anteriormente, la prueba de rebote es poco fiable. Sin embargo, con las debidas consideraciones se pueden obtener valores aceptables, que estén próximos al valor real de la resistencia del hormigón.
Como complemento, la prueba de rayado permite verificar la resistencia de un pavimento de hormigón a la abrasión.
Mejorar la dureza en suelos de hormigón
En áreas de actividades industriales es indispensable que el suelo de hormigón se mantenga en buen estado a pesar del tránsito de maquinaria pesada.
Además, debe disponer de un máximo de resistencia para hacer frente a cualquier abrasivo al que sea sometido, como por ejemplo el transporte de cargas.
Un adecuado mantenimiento y tratamiento del pavimento de hormigón ayuda a incrementar su dureza y mejorar la superficie para todo tipo de actividades industriales.
Un tratamiento BECOSAN® mejora la resistencia y la dureza del pavimento de hormigón varios puntos en la escala de Mohs.